
VEINTINUEVE
Llegando a Misiones la ruta se encontraba solitaria. Lourdes dormía y reposaba su cabeza sobre su lado derecho, con sus miembros contraídos, en posición fetal que despertaba cierta ternura. La mujer gorda mantenía las manos firmes al volante, y con la mirada concentrada en la línea punteada de la ruta cavilaba distintos pensamientos que la mantenían abstraída del mundo real y circundante. Pensaba...