
TREINTA y CINCO
Mientras el anciano avanzaba en dirección al comedor ambas mujeres lo seguían por detrás, guiadas por el andar del viejo pero sin pensamiento alguno en sus mentes. Avanzaron despacio. La mujer gorda cerró la puerta tras de sí, fue la última en ingresar a la casa. Al llegar al comedor Lourdes se detuvo en seco. El anciano hizo un gesto de que tomaran asiento, e inmediatamente cayó en la...