Saint-Exupéry (once)

ONCE La vida es un misterio. Un profundo misterio que inicia desde el primer momento que abrimos los ojos y nos reconocemos vivos. Terminamos teniendo conciencia de ello desde los primeros albores de nuestra capacidad para recordar, y luego, como si fuésemos una caja de recuerdos, avanzamos sin más. La vida despliega ante nosotros un abanico indescifrable de misterios ocultos, y juega con nosotros mostrándonos...
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Saint-Exupéry (diez)

DIEZ Al volver al piso de la redacción Federico Moccia y el gordo Pérez estaban charlando al lado del expendedor de agua potable. Al verlos me quedé estático como si no supiera qué hacer o qué decirles. Fue entonces que Moccia me vio ahí parado, como si mi cuerpo hubiera entrado en huelga y hubiera abandonado por completo las ganas de movilizarse, y se acercó a mí. - ¿Qué ha pasado?, ¿qué te han dicho? –me...
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Saint-Exupéry (nueve)

NUEVE La chica de los piercings renunció a su trabajo en el hostel una de las primeras mañanas de primavera. Fue una decisión súbita. Al levantarse, un tibio rayo de sol dio en su mejilla y su calidez pareció iluminar sus pensamientos. Aún con los ojos cerrados y sintiendo la tibieza que emanaba el astro rey concluyó que ya era suficiente, que debía dar un vuelco a su destino. Al principio los socios...
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Saint-Exupéry (ocho)

OCHO Ha pasado ya casi un año de la muerte de mi madre. Son los últimos días de un invierno que ha sido crudo, con pocos días soleados y nubarrones grises que han sido eternos sobre la ciudad. Poco a poco he ido acostumbrándome a la vida solitaria; a existir sin depender de nadie, a hacer sin dar cuentas a nadie. Hace un par de meses, en abril más precisamente, he conseguido un empleo en una redacción....
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Saint-Exupéry (siete)

SIETE Hostel “Roma”, siete de la tarde, un viento fresco recorre las calles dando la sensación de un día casi invernal. Aún se está en otoño. La chica de los piercings intercambia su turno, ya es su hora de salida. Su compañera, una morocha un tanto regordeta se apresura a llegar. Es tarde, la chica de los piercings se lo hace saber con un gesto y con el ceño fruncido; no obstante deja su bolso colgado...
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Saint-Exupéry (seis)

SEIS En los días sucesivos a la muerte de mi madre comencé a organizar la casa de una manera distinta. Si iba a vivir allí debía de darle un nuevo enfoque, sentirme a gusto, no rodearme en exceso de recuerdos que me hiriesen y por sobre todo tener en claro que ahora ya no era la casa de mi madre sino la mía propia. Junté toda la ropa que había dentro del armario y el viejo ropero de su habitación. Armé...
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