DIECINUEVE
Un mechón de cabello caía sobre el rostro de Lourdes. Cada vez que se agachaba y hundía el balde en la orilla del río el mechón caía y dejaba ver borrosamente el agua. Entonces lo acomodaba con gracia y feminidad detrás de su oreja para luego proseguir con su labor. Tras llenar el balde caminaba doscientos metros hasta el campamento y ahí ponía a hervir el agua en una gran olla. De ese modo eliminaba...
Saint-Exupéry (dieciocho)
DIECIOCHO
El martes siguiente a la salida de la redacción decidí volver caminando a casa. Aún no anochecía y el cielo, distinto a otros días, aún permanecía bastante claro y el sol emitía sus últimos rayos. Daba la impresión de un cielo cargado de pureza que invitaba a disfrutar de la vida. Puse el saco en mi brazo, y comencé a caminar lentamente observando todo cuanto a mi paso se cruzaba. Las calles se...
Saint-Exupéry (diecisiete)
DIECISIETE
En el alféizar de la ventana del dormitorio un par de gorriones irrumpieron con su juego despertándome. Los observé por un instante. Se los veía tan pequeños y libres, disfrutando del placer del poder vivir un nuevo día, que de pronto me entró un profundo deseo de sentir al menos por unos cuantos siglos la inmortalidad. Marina yacía a mí lado, dormida, con la mitad de su cuerpo tapado por la sábana...
Saint-Exupéry (dieciseis)

DIECISÉIS
Era sábado por la tarde y me disponía a tomar un café tendido en el sofá. Hacía poco rato había llovido y por la puerta del patio entraba olor a tierra mojada. Los pájaros revoloteaban y jugaban sobre la parra y poco a poco el cielo iba abriéndose y esparciendo sus nubes. En eso sonó el teléfono.
- Hola, ¿ya has vuelto? –dijo Marina Fernández del otro lado de la línea.
Posé la taza de café sobre...
Saint-Exupéry (quince)

QUINCE
Después de la noche en la playa volví durante dos noches más al mismo lugar sin encontrar a la chica. No había vuelto a pasar por el hotel, no había llamado tampoco, y el mar no acusaba recibo de su visita. Cada una de las noches en que volví solitariamente a la playa me sentaba en la arena a observar el cielo nocturno y el rumor del oleaje. El agua marina llegaba hasta casi alcanzar mis pies y...
Saint-Exupéry (catorce)

CATORCE
A medida que el automóvil en el que viajábamos avanzaba por la autopista la oscuridad parecía envolvernos con más fuerza. Solo al salir de las luces de la ciudad y entrar en el descampado se podía observar el mar a la derecha y cómo la luna reflejaba penosamente sobre él. La-chica-de-los-piercings manejaba con agilidad y destreza, en un mutismo inusual para ella según yo recordaba.
A la media hora...
Saint-Exupéry (trece)

TRECE
En el otoño de 1995, a casi dos años de estar trabajando en el nuevo puesto, decidí tomarme vacaciones. Había trabajado bastante duro y necesitaba un poco de relajación para mi cuerpo y mi mente. Fue así que por consejos de Pérez opté por comenzar a analizar posibles destinos turísticos. Algunos en México, otros en Cuba, también en Brasil y Chile, aunque lo que sin lugar a dudas llamaba mi atención...
Saint-Exupéry (doce)

DOCE
Fueron unos pocos metros muy difíciles de recorrer los que transité dentro del bowling hasta pararme delante de la chica de los piercings. Increíblemente pensé en muchas cosas. Bullían a borbotones dentro de mi cabeza los pensamientos. En su gran mayoría eran recuerdos, preguntas, todo mezclado. Eso hacía que mis manos transpiraran y caminara muy lentamente, como si de repente tuviera la chance de...
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